NOSOTROS YA NO SOMOS LOS
MISMOS
Después del terremoto del 19
de septiembre la frase que antecede parece una afirmación, sin embargo es un
deseo.
El 19 de septiembre pero de
1985 sucedió un fenómeno similar con epicentro en las costas de Guerrero, y al
igual que hoy, fue impactante entre la población que lo padeció, similares
estados: Puebla, Morelos, Guerrero y el DF que más lo resintió.
Como el efecto que ocasiona
en el alcohólico, que después de vivir tremenda borrachera, llega el día de la
cruda física y emocional en el que se promete y promete no volverá a ocurrir,
pero sólo es cuestión de tiempo para que vuelva a las borracheras. Así la
población que ha sufrido los estragos de un terremoto, no toda ella pero si
muchos, aquellos que hacen conciencia de la oportunidad de vivir, reflexionan sobre
lo que se ha dejado de hacer y de mejorar en cualquier rubro de interés
personal ¿y qué sucede? Recordemos el sismo del 85´ en la hoy CDMX, nada cambió
en lo político. Aquella ocasión salieron funcionarios de todos los niveles, del
DF mismo a indicar que las normas de construcción serían más rígidas, lo mismo
que lugares, los niveles y los permisos
de construcción ¿qué paso? Nada, la corrupción rampante continuó su curso. Hoy
volvemos a ver los resultados. Y por las noticias vemos como el sector público
le urge demoler y retirar sin un peritaje previo en la CDMX.
Aquella y está ocasión, la
población reaccionó, fue sacudida de su letargo (impuesto y programado) y entró
en acción. Se organizó. En el 85´ el gobierno le apostó al olvido, dejar pasar
los días para, como el borracho, le pasara la resaca a la población y volviera
a su estado de complacencia e indiferencia. ¿No? Tres años después llegó
Salinas de Gortarí en 88´y fue un asalto en despoblado: las privatizaciones de
las empresas del sector público como TELMEX, porque decía, era una carga para
el erario público su mantenimiento ¿Qué empresario compraría una empresa si NO
fuera negocio? Hoy ¿Qué nos depara como pueblo los acontecimientos del
terremoto? Pasando los días ¿volveremos al sofá a seguir consumiendo telenovelas
y partidos de fútbol, en lugar de continuar unidos y organizados como sociedad?
En esta coyuntura también se
presenta la oportunidad individual, el cambio personal. Como dice la frase
popular “De aquí pa´l real”. Está ocasión, hubo también daños graves en otros
estados. Morelos, un estado bendecido por la naturaleza y un ritmo de vida
distinto a la capital. Hoy hombres y mujeres fueron sacudidos enormemente en su
patrimonio, en sus integrantes de familia, en su experiencia con la vida. Pero
esta “desgracia” es una oportunidad, pues les ha dado, otorgado, la conciencia
del superviviente en la que cada uno, individualmente, tendrá si lo desea,
reconocer su verdadero sentido de existir, que siempre está presente en cada
uno, pero que la comodidad, las costumbres y los hábitos no nos permiten
mirarlo, hasta que nos volvemos supervivientes de cualquier desgracia, en que
sentimos en carne propia el desamparo, nuestra fragilidad humana. Ahí está,
siempre ha estado con nosotros, el verdadero sentido por vivir, por fin lo
vemos claramente. Empezamos, si lo desea, a vivir la vida sin futurizarse, sin
frustraciones, a vivirla cada día con gratitud, plenamente, empezamos a sentir
empatía por aquellos que antes que nosotros sufrieron desgracias, pérdidas, los
primeros supervivientes y que nos dieron ejemplo de cómo salir adelante,
incluso con una nueva perspectiva de vida, más plena y satisfactoria. Acá
siempre han estado esos primeros supervivientes: los millones de migrantes; las
familias de los 43 alumnos de Ayotzinapa; los desplazados de sus tierras; las
familias de desaparecidos y una larga lista de supervivientes que nos dan
ejemplo.
Es aún reciente el evento
del terremoto y será normal sentir incertidumbre, miedo o preocupación tal vez,
pero no dejemos pasar la oportunidad de canalizar estas emociones. La
oportunidad ahora está en nuestras manos de contar con la CONCIENCIA de un superviviente,
que siempre tiene una actitud de disposición y buena voluntad. Tengamos
confianza, y veremos la reconstrucción de un nuevo y sólido edificio en que se convertirán nuestras vidas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario