Este es la primera parte de un ensayo sobre el pensamiento científico, que llevé a cabo como proyecto final del curso del mismo nombre, impartido por la UNAM durante los meses de febrero y marzo del 2019, y que comparto con ustedes.
“Nunca dejes que tu sentido de la moral te impida hacer
lo correcto”
Isaac Asimov
Cuando
vemos hacia el pasado, el presente y el futuro de nuestra historia, encontramos
descubrimientos científicos importantes como la penicilina, la anestesia en la
medicina, la teoría de la relatividad o
la teoría heliocéntrica en la física, la teoría de la selección natural en la
biología, grandes obras apoyadas en los métodos científicos, pero también grandes
actos de oscurantismo, impuestos por dogmas religiosos o de la religión
predominante, que nunca sabremos si pudimos crear una mejor sociedad en todos
los sentidos sin este lastre, como fueron los hechos de los Tribunales de la
Inquisición, las Cruzadas, la expansión ultramarina europea, sin embargo ha
habido un gran retroceso en la época contemporánea posterior a la segunda
guerra mundial, cuando se impone en el mundo occidental el sistema económico de
los Estados Unidos, tierra de inmigrantes salvajes y en la que prevalece una
cultura de la ignorancia, ese armamentismo, dinero fácil, economías “fake”
basadas en valores falsos. Estados Unidos es un país que a diferencia de las
grandes culturas: Mesoamérica, Mesopotamia, Egipto, India, Persia, Grecia, Roma,
se inició a principios del siglo XVI, primero por españoles, y posterior por
colonizadores ingleses. Tanto los primeros como los segundos, eran en su
mayoría gente indeseable en sus lugares de origen: rateros, delincuentes,
incultos, sin educación o preparación alguna, piratas ingleses los primeros
colonizadores, mercenarios, gente sin oficio ni beneficio, asesinos y
condenados en muchos casos, y fervorosos y fanáticos religiosos con la idea de
fundar sus propias escuelas o nuevas centros de culto, nuevas tendencias
salvadoras de las almas perdidas y aventureras en el nuevo continente. Una
suerte similar con la colonización en México, a diferencia de los ingleses en
Estados Unidos, que los conquistadores españoles, para bien o para mal,
contaban con un fuerte habito por el uso de la religión católica en todos sus
actos, y aquellos eran puritanos, protestantes y cuáqueros apegados a la moralidad de Dios, por donde se
vea, se observa desde sus inicios la doble moral, la apariencia, la facha, todo
menos conocimiento, ingenio, ciencia. ¿Qué podía esperarse que se desarrollara
de esa selección antinatural que llegó del viejo continente? Enfermedades
venéreas, de transmisión sexual, enfermedades contagiosas, como la gripe, la
viruela, el sarampión, que se volvieron un flagelo para la sociedad autóctona
del continente americano. Los europeos eran fanáticos religiosos que
consideraban aberrante la filosofía, la ciencia y las artes, y es de esperarse,
todo aquello que ignoras, que no entiendes, que desconoces, te causa miedo,
sufrimiento, y te dañas a ti mismo y dañas a terceros, que exactamente fue lo
que sucedió ¿Qué hacer? ¿Empezar a aprender? ¿Dedicar tiempo y esfuerzo a saber
sobre ciencia, filosofía y arte? ¿O tomamos las armas y vemos quien tiene la
razón? O como dice la frase “muerto el perro, se acabó la rabia”. De lo micro a
lo macro, de lo individual a lo general, acabaron, arrasaron, masacraron con
todo lo desconocido para los brutos. El antiguo México contaba con su propia
filosofía Nahuatl (ver Filosofía Nahuatl,
Miguel León Portilla, UNAM), Tolteca, Mexica (Tamayo, Trabulse), y la
impresionante cultura Maya, que sostenían un desarrollo científico en la
astronomía, con su preciso calendario y las matemáticas, pues se les atribuye
el identificar la existencia de la nada y representarla con el símbolo cero,
desarrolló una escritura con jeroglíficos. Su lenguaje útil, en equilibrio
epistemológica y ontológicamente. “Los idiomas mayas expresan las relaciones de
sus hablantes con el cosmos. Por ejemplo en K´iche´, un simple saludo como
“¿Cómo estás? Se dice “A utz a wach la”, que significa: “¿Cómo se encuentra su
equilibrio cósmico, físico y espiritual?”, tomado de Muñoz (2004: 2).” Para
llegar a este elevado entendimiento de las verdades nominales y reales de la
vida, en pocas palabras y en un saludo, se requirió del desarrollo y práctica
de un método científico como la observación, descripción, la experiencia y
retroalimentación. Como apreciamos en el ejemplo, en ese momento ya se tenía
plena conciencia de la interacción, la relación entre el cosmos, lo físico y lo
espiritual, una circunstancia que implica el desarrollo del pensamiento
científico, no espontáneo.
Gerardo Aguilar
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